Se me apareció como una personalidad
digital y quizás el interés por conocerlo se deriva de ahí, porque en la red es
demasiado fantástico y buena onda que me parece que casi no tiene
contradicciones como nosotros la gente normal. Seguro las tiene. Creo que menciono
su ética porque sospecho que en realidad
la exhibe, la vive y es fuente de su sinergia y contradicciones y además seguro es importante para él, es
decir, la relación de la obra con su pensamiento. Seguro es noble y auténtico.
No lo sé.
En breve conocí su entorno que él
mismo se encarga de colorear y que denomina la Ciudad Maldita que me temo se
debe a la escalada de violencia que la azota desde cuando el Diablo estaba chiquito,
también dice que ama el café, los libros viejos y a la mujer paisaje. Me
pareció muy simpático eso.
El personaje digital del que hablo es
Renacho Melgar un pintor que vive en San Salvador y creo que intenta
re significar desde lo suyo (el uso del color) y los otros (sus caramancheles) la
ciudad en la que le tocó nacer. Lo que me interesa de su obra es el aspecto
político y no necesariamente lo formal como vehículo significador pues si
hablamos de ello se trata de un asunto de contrastes entre una ciudad gris violenta
y sus diseños de estructuras axiales y de repetición con colorido intenso de su
propuesta.
El aspecto político que me interesa es
el que tiene que ver con el intercambio del trabajo. Ese gesto en el que cada
uno asume los beneficios y las virtudes del otro y de alguna manera el
capitalismo se anula por un instante, porque los capitales es quizás lo último
que se ve en el proceso de la obra y por otro lado la mano de obra es lo que se
asume como el mejor valor para ofrecerse entre sí. Seguro es el mismo
capitalismo el que nos llevó a esta gran lección. Me alegra saber que existe el
Full color en la Ciudad Maldita.
Fernando Alemán Malespín
Artista y diseñador gráfico
Septiembre de 2013
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