lunes, 15 de agosto de 2011

¿Cómo acabar con la cultura visual nicaragüense?: Consideraciones previas a la BAVINIC 8.



Al quemar un cadáver, obtenemos un gramo de polvo: en consecuencia, miles de cementerios podrían entrar en la estantería de una farmacia. Como sabemos, una obra de arte nueva no debería repetir las formas del arte antiguo y tradicional que ya está museografiado. Pero, actualmente, para ser realmente nueva, una obra de arte no debe repetir las viejas diferencias entre los objetos de arte y las cosas ordinarias. Mediante la repetición de estas diferencias, sólo es posible crear obras de arte diferentes, no obras de arte nuevas. En este sentido la decisión del jurado de esta Bienal de casi declarar desierto el evento probablemente se corresponde necesariamente a la intención de poner nuestra barba en remojo. Es claro que a ninguno de los artistas nos agradó el comunicado ambiguo del jurado, pero creo que aún cuando no nos agrada la decisión debemos reflexionar a conciencia respecto a las posibles motivaciones que tuvo este jurado para actuar así. Me imagino que precisamente porque ya algunos estábamos acostumbrados a un determinado sistema y es bien posible que esta decisión tenga que ver con acabar con una rutina que produce bostezos. 

Personalmente me gusta con reservas la posibilidad de ver la Bienal como idea de proceso, no como producto y sé que la idea de volver a formar parte de un proceso de formación determina indirectamente el mecanismo de selección para la Bienal Centroamericana que puede que me perjudique incluso y también sé que desmotiva a varios artistas que ya no se consideran a sí mismos como estudiantes, pues la Bienal como evento - producto suponía el resultado de procesos de formación que ya estaban activados ya sea de forma autodidacta/”genial” o por otro lado académica y está bien preguntarse el porqué y para qué de este nuevo rol pedagógico-competitivo-gallo-gallina de la Institución en esta coyuntura en la que no sé si se pueda preparar a 6 artistas de calidad internacional en mas o menos 7 o 9 meses. 

Pienso que a pesar y en virtud de nosotros, quizás era necesario este cambio de mecanismo y criterios, pues no es la primera vez que ocurre. Por ejemplo, en 1999, en la Segunda Bienal Nicaragüense, Patricia Belli gana el Primer Premio con la obra “Vuelo difícil” que pese a que era óleo sobre tela no era un cuadro/ventana. Este hecho desató una fuerte polémica en los medios locales. En ese momento todos los pintores se sentían estables. Los artistas no clasificados organizaron una exposición paralela que llamaron Nos Otros, en el Palacio de la Cultura, sede del Instituto Nicaragüense de Cultura, cuyo director entonces el Dr. Clemente Guido envió una cita judicial a la Sra. Patricia Guardián de Ortiz por “incumplimiento de las bases de la Bienal de Pintura que le adjudicó el primer premio a una instalación”. Me supongo que él quería indicarle a ella qué hacer con su dinero. ¡Perdónalos, Señor que no saben lo que hicieron! Los medios escritos trataron el tema, a favor y en contra, por espacio de un mes aproximadamente. Por favor, no se nos ocurra hacer algo así que ya no da risa. Por otro lado está el caso de la Bienal de 2003 que supuso otra polémica en los medios 1 .En el proceso de esta edición de 2011 el jurado tuvo muchos más elementos de juicio que los anteriores para tomar decisiones, por el hecho de que se entrevistaron con nosotros y los anteriores no, y no creo que una decisión así se haya tomado a la ligera, solo la redacción del documento que nos dio la noticia fue hecha a la carrera. Creo que deberíamos ser abiertos a la posibilidad de ver la Bienal en otra perspectiva emocional, política e intelectual y es bueno preguntarse qué sería eso.

¿Cómo acabar con la cultura visual nicaragüense? ¡Fácil! Acabando con los nicaragüenses que la hacen. La vida sabe lo que está haciendo, y si se está esforzando por destrozar algo, no debemos estorbar en ello, dado que al reprimirlo estamos bloqueando el camino hacia una nueva concepción que ha nacido en nosotros, aunque no seamos conscientes de ello. Pero para que vean que tenemos buena fe podemos hacer una concesión a los conservadores ofreciéndoles que quemen todas las épocas pasadas para acabar de una vez por todas con el rubendarianismo impertinente, el güegüensismo barato, el nicaraguanismo chauvinista folclórico propio de la imagen corporativa del país que les vendemos a los turistas, así como el copy & paste de las revistas internacionales de Arte, los cuales ahogan toda posibilidad de refrescamiento en nuestro contexto, puesto que ya están muertas, y luego que abran una farmacia.

Fernando Alemán Malespín 

Diseñador gráfico y Artista visual

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